IQD hace balance sobre la depuración de aguas residuales para empresas del reciclado de plásticos

IQD hace balance sobre la depuración de aguas residuales para empresas del reciclado de plásticos

El reciclado, depuración y regeneración de aguas residuales en empresas de reciclado de plásticos ha sufrido una gran transformación en los últimos diez años. La demanda de plástico reciclado no ha parado de subir debido a una mayor conciencia medioambiental de los ciudadanos, de las administraciones públicas y de las empresas de reciclaje.

Según el informe publicado por Ecoembes, desde el 2015 los envases depositados en el contenedor amarillo mantienen un crecimiento constante del 8,5%, y un 41 % de crecimiento total hasta el 2020. Así, en 2020 se reciclaron 1,5 millones de toneladas de envases lo que ha permitido ahorrar, 1,5 millones de toneladas de materia prima, 1,67 toneladas de emisiones de CO2 y 20,29 millones de m3 de agua.

Este crecimiento ha ido acompañado de la transformación de las empresas de reciclaje en la manera en la que usan el agua para los procesos de lavado de plásticos.

En IQD hemos trabajado para empresas como PET COMPAÑÍA, PLASTICOS ESLAVA, CLEAR PET, PLASCAN, SULAYR, IBER RESINAS, RPETFLAKE, entre otros y hemos sido parte activa de esta transformación. En 2012, la estrategia predominante era el reciclaje de agua enfocada al circuito cerrado o vertido cero. Esta estrategia, a priori, presentaba la ventaja de menores costes de inversión en la planta de tratamiento de aguas, menor problemas asociados a vertidos, menor personal dedicado al agua y un menor consumo de agua. Sin embargo, presentaba algunas desventajas que, con el paso del tiempo han provocado una transformación total hacia la depuración y regeneración de aguas residuales.

Los circuitos cerrados de agua necesitan una gran dedicación de personal debido a que, las aguas muy recirculadas provocan problemas operacionales en la planta de lavado, deterioro prematuro de las instalaciones, baja producción y baja calidad de producto terminado. Estos factores únicamente se podían controlar, aumentando la gestión externa de aguas residuales para que fueran tratadas fuera de la planta, lo que constituye un importante gasto, que en muchas ocasiones hacían inviable la actividad, por lo que las empresas empezaron a adoptar medidas para abrir parcialmente el circuito, instalando plantas depuradoras para verter una parte de aguas depuradas.

Cuanto más se abre el circuito, más consumo de agua, pero también, mayor es la capacidad de producción y la calidad del material reciclado. Las inversiones en depuración rápidamente se transformaron en crecimiento de las empresas por ver aumentado su capacidad de producción, calidad de producto final y tener menores coste de operación.

Las estrategias de cierre de circuito van desde el 20 al 80% de reutilización de aguas depuradas. Las empresas más avanzadas tecnológicamente, buscan ahora la regeneración total de las aguas residuales, de tal forma que puedan trabajar en sus procesos con aguas limpias y circuitos muy abiertos, montando estaciones de depuración con tratamientos terciarias de ultrafiltración que permita obtener aguas completamente regeneradas y que puedan reutilizarse en la propia planta o por otros para usos como riego agrícola, refrigeración, producción de energía, recarga de acuíferos etc.

Este tipo de instalaciones son las que menor impacto medioambiental tienen, ya que devuelven al medio el agua en condiciones para su reutilización. La reutilización dentro de la propia fábrica se ve limitada por la concentración de sales, ya que cuantos más ciclos de reutilización más aumenta la conductividad y si se superan estos ciclos no podrían se aprovechadas por terceros.

Las plantas más avanzadas como la que instalamos en 2020 en RPETFLAKE permiten regenerar 1000 m3/d de agua de proceso pudiendo reutilizarse en la propia planta el 60 % del agua tratada y el otro 40 % ponerlo a disposición de otra empresa, para la producción de energía eléctrica, minimizando su consumo y coste de agua.